jueves, 31 de enero de 2013

Jaime Roos Colombina

En el tumulto de los húsares de Momo 
encandilado por las luces de otro barrio 
Aquel murguista saludandocon su gorro 
se despedía como siempre del tablado 
 
Entre la nube de pintados chiquilines 
vio la sonrisa que enviaba una princesa 
Entre los rostros de mezclados colorines 
Dudó si era para él la gentileza 
 
Y por si acaso dedicó una reverencia 
a la muchacha que en la noche se quedaba 
En el momento de partir la bañadera 
volando un beso se posaba en su ventana 
 
Y paso a paso la ansiedad lo malhería 
quedaba poco del noctueno itinerario 
Uno tras otro los cuplés se sucedían 
Se retiraban del último escenario  
 
Tiró el disfraz en el respaldo del asiento 
Borró los restos de pintura con su mano 
Volando un tacho lo llevaba contra el viento 
La vio justito a la salida del tablado  
 
"Cómo te va", dijo el murguista a la muchacha 
Que lo cortó con su mirada indiferente 
Le dijo "Bien" y lo dejó como si nada 
Nuevamente ... 
La princesa ... 
Se perdía entre la gente  
 
Que no se apague nunca el eco de los bombos 
Que no se lleven los muñecos del tablado 
Quiero vivir en el reinado del Dios Momo 
Quiero ser húsar de su ejército endiablado  
 
Que no se apaguen las bombitas amarillas 
Que no se vaya nunca más la retirada 
Quiero cantarle una canción a Colombina 
Quiero llevarme su sonrisa dibujada 

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